Confinamiento voluntario

Aquí sigo en España, en un pueblo del valle del Tietar, en la casa de mi madre, intentando ayudarla un poco con su visión de la vida.

Vive en una casa muy grande de campo. Demasiado grande. Hay que estar pendiente de muchas cosas, hay que realizar el mantenimiento de muchas pequeñas cosas. Solo calentar una habitación es costoso y complicado. Revisar los grifos, ajustarlos, cambiar bombillas y fluorescentes.

Ella está más o menos cómoda aquí. Con su habitación de la TV, su cocina, su dormitorio y el resto de habitaciones que no usa...

Pero en el momento que tiene que hacer la compra, salir de la casa para ir a algún lado, a Madrid a los médicos, entonces es difícil hacerlo y moverse. Es complicado para mí, así que para una señora de 75 mucho más.

Ojalá encontrar un pisito para ella, de alquiler, y que pueda quedarse unos días tranquilamente, y venir a la casa de campo a disfrutarla en fines de semana o vacaciones.

Ojalá que acabe pronto el confinamiento mundial, y que vuelva cierta movilidad y libertad. 

Vamos a ver cómo funcionan las vacunas y si tienen un efecto medible en la población que proporcione protección de los mayores y del resto.

El 2021, sigue siendo el año de la marmota número 2. Ojalá cambie.