スペイン語の通訳として。(半分愚痴です…)

Hasta hoy he trabajado con un japonés al que le llamaban "intérprete". Ha sido una persona inolvidable. Él estaba contratado con la fábrica a través de una compañía de coordinación de los aprendices extranjeros en Japón, que ayuda a los extranjeros que vienen a Japón. A través de ella, él fue contratado por la dicha fábrica de primera clase en Japón por los mexicanos, cuya estadía es de marzo de este año al febrero del 2024, un año completo. Ese chico ha estado en esta fábrica desde el principio.

Debería haber 2 intérpretes en esa fábrica porque había varios mexicanos y las secciones estaban separadas y un poco alejadas, pero su compañía no pudo buscar ninguno más, y al final la fábrica se lo pidió a otra contratista. Así es como yo vine.

Desde que llegué a esta fábrica, sentí algo extraño porque me parecía que ellos no se llevaban bien. Tanto el intérprete como los mexicanos se odiaban mutuamente cada vez que el otro no estaba presente en el lugar.

Bueno, en cualquier lugar de trabajo pueden ocurrir este tipo de malentendidos entre ellos mismos. Pero la situación en esta fábrica era un poco diferente.

Al principio, el japonés que se encargaba de los mexicanos siempre estaba conmigo para explicarme las líneas y los glosarios de la fábrica. Eso era lo que se suponía que debía hacer. Pero lo que me empezó a hablar fue pura negatividad. De verdad, el 95% de lo que salía de su boca era cómo los mexicanos eran maleducados con él. Por ejemplo, cuando uno le enviaba un correo electrónico con un archivo que traducir, no lo saludaba ni le decía "muchas gracias".

Bueno, déjame terminarlo ahora.

En otra ocasión, me dijo que era muy complicado comprender su español debido a sus increíbles acentos y entonación. Dijo que no comprendía mucho. Al final, me dijo que el español de los mexicanos no era español. No quería llamarlo "español". Dijo que él estaba muy acostumbrado al español de Sudamérica. A él le gustaba el español de Argentina, Chile y Perú. Por eso no le gustaba el español de México. Dijo que su acentuación era rarísima y era muy difícil comprenderlos. Encima, me dijo que tenía una novia chilena.

Yo, que he estado en México varias veces (al menos más de 8 veces), más de 15 veces en Perú, más de 6 veces en Argentina, 2 veces en Paraguay, 2 veces en Guatemala y 1 vez en El Salvador, tengo una opinión completamente diferente de él.

Estuve en España durante 5 años, y mi vocabulario es "muy de España". Pero con todas las visitas que he hecho a México, nunca he pensado que ellos tengan un acento difícil de comprender. No, no, no. En América Central y del Sur, dependiendo del área, sí tienen acentos. Pero es como si una persona de Osaka se sintiera incómoda con el japonés de Tokio, aunque sea el estándar de Japón. Desde que él me lo dijo, empecé a no confiar en él. Para mí, que he estado en España varios años, el español mexicano no es difícil de comprender ni suena raro. Él también me dijo que el líder del grupo mexicano le hablaba demasiado rápido, pero no tiene razón.

La otra cosa que me disgustó es que hablaba mal de los miembros fuerte. Aquí escribo exactamente lo que él nos dijo a mí y a los compañeros japoneses. Según él, los mexicanos no tenían educación y eran de un nivel muy bajo en su sociedad mexicana (lo dijo de forma tajante, no sé por qué estaba tan seguro de sí mismo). Y al final, llegó a la conclusión de que su español no era español. No quería que dijéramos que el español que hablamos es español. ¿Puedes creerlo? Para mí, fue la primera persona (y espero que la última) que dice que el español de México no es español. Un japonés que dice eso de un hablante nativo de español (aunque sea de América).

Además, ¿sabes qué me pidió? Su empresa estaba dándose cuenta de la "realidad" de él y empezó a intentar cambiarlo de posición por el personal de oficina del dormitorio. Me pidió dos veces que dijera a su compañía que él hablaba muy bien español y que su español era muy comprensible (¡¡¡!!!). ¡Qué cara tiene! Consulté con mi compañía contratista y me dijeron que sería mejor no tener ninguna relación con él o con su compañía. Por supuesto, nunca dije que su español era perfecto.

Un día escuché su español interpretando a un mexicano con un operador japonés, y era horrible. Su acento y su muletilla eran fatales. "Eh, así así así, uuummmm, como deeeee, esteeeee". Una persona que recién empieza a estudiar español podría hablar así, pero él me dijo que su español era perfecto. Me dijo que había aprobado un examen de español que yo suspendí. Me dijo que le gusta leer libros en español, como el Don Quijote entero. O que ahora le gusta estudiar francés porque le gusta la filosofía y después de escuchar el español de los mexicanos, ya no quiere saber nada del español. Pues, vete. Lo que no podía decirle en la cara. Discutir o pelear con él no sirve de nada. Absolutamente nada.

Hoy es el último día de su trabajo. En la parada de autobús me esperaba. Me dijo que estaba muy contento de irse de allí porque su compañía contratista le había ofrecido una posición fija, y él preferiría eso a trabajar como traductor. Bueno, si su compañía le ofreciera una posición fija, esa compañía quebraría inmediatamente. Tampoco quiero que él diga que es intérprete de español. Es una vergüenza. Vergüenza para todos los traductores de español.

Me dijo una amiga de Tokio que él sería grave minusvalía de desarrollo. Yo no sé si sea cierto o no, pero no me importa en este momento. Solo sé que él no es una buena persona para trabajar junto a mí. De todos modos, a partir de mayo estaremos en paz. En la fábrica donde trabajo, tenemos una "filosofía" que dice que "hay que eliminar los desperdicios" para mejorar el trabajo. Pues, lo hemos conseguido.

A lo mejor, yo no seré el mejor traductor de los mexicanos, pero trataré de hacer todo lo posible. Porque es un trabajo. Y si hay algo que he aprendido de esta experiencia, es que no importa lo que alguien diga sobre el acento o la educación de otra persona, lo que importa es la calidad de la persona como ser humano y trabajador. Y en eso, espero que yo pueda ser un buen ejemplo para otros.

Gracias por leer hasta el final.