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El movimiento sufragista británico

Nos cuesta trabajo hoy, imaginar un mundo donde las mujeres no tuvieran derecho al voto. Precisamente por eso, conviene recordar que, para conseguirlo hizo falta una lucha ardua y superar numerosos obstáculos, cada país tuvo su propio proceso político, en algunos; la aprobación del sufragio femenino fue más o menos fácil cuando se hizo evidente que los tiempos no admitían ya la exclusión política de la mujer. En otros, requirió una lucha verdaderamente enconada y la ferrea voluntad de algunas mujeres dispuestas a sacrificar su comodidad y la consideración de los demás.

El caso del Reino Unido es un buen ejemplo de ello, la lucha efectiva, continuada, duro más de 50 años. Comenzó con la petición formal que presento el filósofo Jonh Stuart Mill, ante el parlamento británico en 1866.

A instancias de un grupo de mujeres, solicitaba que se aprobará el voto femenino para la elección de los legisladores, la iniciativa fracaso como también fracasarían otras en las siguientes décadas.

La progresiva incorporación de las mujeres al mundo del trabajo fuera de casa alentó durante los últimos años del siglo XX, un movimiento sufragista que se convertiría en el centro del debate nacional, con el tiempo; dicho movimiento se dividió entre un sector moderado cuyas militantes recibían el nombre de sufragistas y otro más radical compuesto por las llamadas suffragetteet. Emmeline Pankhurst había creado en 1903, junto con sus hijas Christabel y Silvia la Unión Política y Social de las Mujeres. Esta organización, afín al socialismo era partidaria a la acción directa, eso implicaba la batalla frontal contra quienes impedían que se aprobara el voto para las mujeres. Sus militantes comenzaron organizando mítines y manifestaciones, así como parlamentos de mujeres.

Pero el fracaso de una nueva propuesta de ley en 1905 acelero la confrontación directa, la interrupción de un mitin en Manchester ese mismo año para exigir a dos politicos liberales, entre ellos, Winston Churchill. Que se pronunciarán a favor del voto femenino causo una conmoción nacional, no por el silencio de los politicos, que no respondieron, no dijeron si apoyaban o no la iniciativa. Si no porque era insólito que se interrumpieran a los oradores en acto público.

Las dos sufragistas presentes Christabel Pankhurst y Annie Kenney fueron detenidas, acusadas de obstrucción de la justicia y de agredir a un agente de policía.

A partir de ahí, el movimiento de las sufragistas, en el que también militaban hombres, adquirió una notoriedad pública desconocida hasta entonces, convocaban mítines y manifestaciones en las que eran sistemáticamente detenidas, también insultadas y vejadas por hombres, pero también por otras mujeres.

Pero las sufragistas siguieron el camino emprendido bajo el lema “Hechos, no palabras”. Convocaron a una gran manifestación en High Park que reunió a medio millón de mujeres, tampoco entonces mostró interés en su demanda el gobierno liberal del momento, después de 40 años de protestas sin resultado, un grupo de mujeres militantes de la unión decidió hacerse oír rompiendo ventanas, prendiendo fuego a propiedades públicas, atacando a politicos y enfrentándose a la policía. Estas tácticas provocaron la desafección de una parte de sus lideres que abandono la organización.

¿Qué habrías hecho tú? Emmeline Pankhurst y otras mujeres encarceladas en la prisión de Holloway, iniciaron una huelga de hambre para protestar por las condiciones de vida en la carcel, la prensa denuncio el modo en cómo se les alimentaba contra su voluntad, sujetas a la fuerza a través de sondas nasales. El gobierno británico se vio obligado a intervenir, pero no cambio su postura respecto al sufragio femenino.

El impacto que tuvo en la opinión pública, el inicio de la primera guerra mundial, la exigencia de unidad en los británicos ante la nueva contienda bélica. Obligo a posponer el debate, pero la guerra demostraría que el papel de las mujeres en la vida real ya no podía quedarse circunscrito a la familia, si no que eran necesarias y muy importantes en el desarrollo del país.

Influido por esa nueva percepción de la mujer, el parlamento británico aprobó por fin en 1918, el voto para las mujeres mayores de 30 años. Habría que esperar otros 10 años más para que en 1928, se aprobará también el voto para mujeres a partir de los 21 años en igualdad de condiciones con los hombres.

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