escarificación espiritual y el placer de la agonía

En medio del gozo que me sobreviene en medio del dolor, he escogido el camino de la glorificación de mis heridas para dignificar los agravios a mi corazón.

A mi alma no le hace falta ya otro ramo de flores ni una caricia gentil que puede borrarse al siguiente amanecer. Lo que necesita el ingenio que impulsa mi poesía es una nueva cicatriz, que me usen el espíritu de cenicero, que la escara tenga forma de amor como acto religioso, como una devoción.

Bebe mi orgasmo y traga mi veneno, es la tregua que te ofrezco. Víveme, rómpeme, reconstrúyeme. Deja que sienta por última vez algo aquí en mi entraña inerte.